24 de octubre de 2012

Memorias de un día nublado.

Pluma y libreta, todo lo que cualquier persona necesita para escribir y ¿qué necesito yo? A ti, a tus besos, a tus innumerables te quiero, a tus enormes seguridades que a veces me hacen dudar si de verdad no estás aquí a mi lado en cada momento.

Y me cuesta tanto decirte estas palabras... Pongamos que no me leerás jamás, es lo mejor.

Sólo quería decirte con gritos al cielo lo que siento por ti, que no me importa nadie, que quiero contigo todo, mis mañanas y mis tardes. Mis buenos días y mis buenas noches, en el idioma que sean, me da lo mismo. Que lo que quiero es compartir contigo una cama o un sofá, una película o unos apuntes, que de cualquier forma me sentiría afortunada si pudiera estar contigo un solo instante al día.
No te digo esto a la cara por que estoy segura que lo sabes, si no, es que eres más malo de lo que creía con las indirectas. Que quiero ser esa anónima de la que notas su ausencia, no quiero ser una más, quiero ser un nosotros. Quiero tus besos, tus caricias y tus palabras de poeta. Pero no sin más, no, quiero que eso me lo digas de verdad, mirarnos a los ojos mientras tomamos un café lo más dulce posible para mí y lo más amargo posible para ti, que me digas lo que sientes sin necesidad de preguntar, que me digas un te quiero cada cinco minutos pero por que lo sientes.

Te quiero aquí o allí, pero sin nadie, sólo conmigo bajo las sábanas de tu cama y así dejarte mi aroma, para que nunca puedas olvidarte de mi.


3 comentarios: