13 de enero de 2015

Cosas que estaban escondidas.

Que los corazones rotos se recuperan con cuidados, pero las decepciones, mentiras y demás, eso no se va ni con lejía.

Y luego existe gente que pide mucho, que desconfia hasta de su propia sombra y simplemente se va con alguien que le demuestra las cosas aunque sea una interpretación, una actuación. Es que parece mentira que justo luego seais la misma gente la que dice "como puede estar con fulanito", "no pegan nada", "con lo mono/a que es el/ella"... Que no importa el fisico para alguien a quien le juegan la misma una y otra vez. Importa un pepino el físico si te demuestra que de verdad te quiere. Por que al fin y al cabo... Las palabras se las lleva el viento.
Es que ha sido quien ha hecho que entienda "autoestima" y "confianza" como conceptos. Que le quiero y punto. Si no os gusta, daros la vuelta. Pero a mi no me vengáis diciendo que no es para mi. Y sí. Le quiero. Punto. No hay más.


Pd: publico esto ahora porque me siento un poco así. Veo que algunas almas caritativas vendrán pronto con sacos llenos de "¿cómo puede ser?" y me hierve la sangre.
A veces, que una chica o un chico sea guapa/o no significa que vaya a buscar a otro que lo se aún más, sobre todo si encuentra a alguien que le hace especial y no por el físico.

12 de enero de 2015

1 año vuela, casi 5 son imperceptibles.

Hemos empezado un nuevo año y lo que veo es que se acerca una fecha, la de 4 años con su ausencia. Hoy me he levantado pensando que esto sin él no tiene mucho sentido, pero estoy aquí y la verdad, siento que ha sido gracias a todo lo que me enseñó de forma indirecta.



Esto es como un balance, un balance de los cambios desde que él se fue, aunque en realidad todo comenzó unos meses antes, cuando un 1 de julio decidí llevar a cabo la locura más grande de mi vida, ir a Madrid a conocer a una de las personas que más me ha apoyado.


En ese mismo año, en noviembre jamás pensé que sería la última celebración, por algo que yo había hecho, que estaría con él. Navidad fue algo amarga, Pero cuánto me arrepentí de todo cuando llegó el día. Abril asomó por la puerta y jamás pensé que acabando un segundo de bachiller me encontraría con la pérdida más grande que nunca había tenido...

Pero como ya adelanté, Ella estaba ahí, presente. 

(Nunca me falla.)
No de forma física, aunque sí que apareció más tarde para poder abrazarla.

Os prometo, que nunca me sentí tan libre, como en el momento en que la vi, paseando por mi pueblo, a una chica de ciudad, y poder sentirme orgullosa de saber que era mi amiga. 

A veces la distancia juega malas pasadas, pero en este caso me demostró con creces que un amigo es un tesoro. Y ella es uno de mis mayores tesoros desde que apareció.


Y de la misma forma que algunas llegaron, otros me demostraron que la verdadera amistad no se encuentra en cualquier sitio. Me demostraron que en las malas están quienes te quieren y te conocen realmente, que algunos sólo cumplen por cumplir y que a esos hay que quitarlos de raíz, aunque duela.  

Y otros, no sólo te acompañan en las malas, sabiendo que su apoyo es lo que más necesitas, sino que siguen siendo tu bastón, aunque luego te alejes, aunque no se sabe muy bien porqué, todo vaya quedando en bonitos recuerdos.
Pero sabes que esa época fue mejor porque ellos te quisieron apoyar, no les importó nada y decidieron estar ahí para lo que necesitaras. O incluso para tocarte las narices un sábado a las 8 de la mañana, o para cantarte un cumpleaños feliz por el pueblo de al lado a las 12 de la noche. No te abandonaron. Y de ello no puedes no sentirte orgullosa.

 Pero que un año empiece mal no significa que tenga que acabar mal.
Algunas personas se van, pero aparecen proyectos.
Y yo, siempre tan yo, y con el afán de ayudar me metí a un proyecto más grande de lo que jamás pensé. Voluntaria en las JMJ.
Conocí a gente piradísima, franceses que parecían recién salidos del manicomio. Pero con los que tuve el placer de compartir días increíbles. No solo en casa, sino también en la recta final en Madrid.

Cuándo volví me sentí algo decepcionada por el viaje, pero estaba feliz porque lo que me llevaba no era sólo el recuerdo de unos cuantos días en la capital, si no el recuerdo permanente de gente estupenda de otro país.

Gente con la que aún tengo contacto.
Y el año puede acabar con alguna decepción como el no haber podido irte a estudiar lo que estabas deseando.
Pero tras un verano de no parar y de estudiar, porque había que recuperar historia, me sentí orgullosa de que al menos cumplí mi primer objetivo marcado años atrás, titularme en bachiller cuando correspondía a los 18.

Y entré al ciclo, seguir estudiando, descubriendo cosas nuevas y seguir para adelante.

2012 se presentó de lo más bonito, con el viaje a la capital más esperado, esta vez no sería un ida y vuelta, sino una ida con varios días que prometían. Y así fue, comenzando desde Debod y acabando en Escorial.

Y no sólo es estar con ella, es compartir con varias personas que te apoyaron en tus peores momentos que sigues adelante gracias a ellos.

Os presento a mi turismólogo preferido, La de risas que ha conseguido sacarme, lo bien que me lo pasé en aquel paseo, nada, nunca, podrán quitarme el recuerdo de un amigo como él.

El culpable de que ahora estudie Psicología, el que en su día supo darme las fuerzas para que no abandonara mi propósito de bachiller.

Y también trajo sorpresas, muy buenas, mientras estudiaba recibí esta foto. Con las dos chicas que mejor me han llegado a conocer y sólo a partir de un libro.

Fue un año bonito, que lo único que tuvo de negativo fue que no saliera del pueblo. Pero que me trajo muchos propósitos para el futuro y que me animó a luchar por todo lo que deseaba.

Fue el año de visitar la capital mil veces y de enamorarme un poquito más en cada uno de esos viajes.
El último viaje que hice a la capital fue de una semana, en ese mismo verano, para despedirme y darle una sorpresa a mi Nana, que se me fue a Milán como Erasmus.

Quizá ese verano fue el que más me cambió, el que me condujo a hincar codos todo lo que podía y el que me demostró que a veces, aunque no todo vaya como esperamos, pero siempre existe un resultado positivo.

Las risas en medio de Callao, o de Sol, O haciendo fotos que al verlas recuerdas ese mismo instante.
Esos días no sabes muy bien cómo, pero se quedan y nunca se olvidan, como mucho se guardan en cajitas para que otros puedan llegar.

Y a partir de ahí, pasaron muchos amaneceres, conciertos sorpresa, salidas con la familia, estudios, biblioteca como segunda casa y otras cuantas más.
Saltos de año, 2013 y todos sus atardeceres estudiando para conseguir el objetivo final...

Para conseguir aprobar y pasar un verano de reencuentros con personitas pequeñas pero grandes, gigantes, por dentro, que echabas de menos. Que son como una segunda familia, que da lo mismo como llegaran, simplemente han estado ahí si lo has necesitado.

Personas que te animan, te dan fuerzas para luchar y para que no decaigas ante la espera que se presenta.

Cambios, universidad y veranos de los que es imposible no acordarse.

Un 2013 con obstáculos, con una cuesta arriba al darte cuenta que te marchas de casa para una larga temporada.

Que hay alguien que falta, que no puedes compartir el logro con quien más lo necesitas.

Consigues llegar a un sitio, por esa persona que hace un año y medio te dejó, pero no puedes mostrarle que es gracias a él.
Y en esos momentos, lo mejor es compartirlo con la familia.

Quien diga que salir en familia no tiene gracia, miente, mis mejores navidades sin duda las tengo compartidas con la familia.
No hay forma humana de explicar que, a veces, el mejor apoyo ante una dificultad, es aquel que te brinda la gente que te ha visto crecer.

Sin duda, despedir un año duro es quizá lo más sencillo, pero te da miedo que el que entra sea igual.
Pero mi 2014 vino cargado de sorpresas, de promesas de disfrutarlo en viajes y planes que no pensaste que podrían pasar.

Por ejemplo, que se te presente un mayo abierto con las primeras vacaciones que compartí junto con ella en la playa (quedarse como cangrejo incluido), con mojitos, noches de sangría y monitores con los que reírse era la orden del día.
Días en la universidad con gente que acaba por convertirse como tus hermanos de clase, que solo con verte ya te pueden decir "vete a tu casa y recupérate" o simplemente te abren el día con risas imposibles de aguantar.

Gente, que acaba ganándose un hueco en tu lista de "valedores".

Y aquí es cuando se me demuestra lo que se dice en la película de Alicia, respecto a las personas que están locas, "Las mejores personas, lo están".
También llegaron conciertos muy esperados, con el encuentro pertinente con gente impertinente.

¿Hay aún personas que con una guitarra, su voz y su poesía pueda hacerte sentir o llorar cómo si hablara de ti? Sí, él es Andrés Suárez.

Hace unos días se despidió de Moraima en Madrid, ante 6000 personas, un "Entradas agotadas" en un Vistalegre que me hubiese encantado ver y no pudo ser.

Pero yo me quedé con el recuerdo de dos conciertos suyos, uno de ellos en mayo.
Ese mismo mes de mayo que me hizo darme cuenta que ya me quedaba poco para terminar mi primer año en la universidad, lejos de casa.

Y siempre que acaba un curso, se empieza otro, esta vez con una bienvenida distinta. Mis primeras paellas, compartidas con la gente que pueden considerar como quieran, pero que son personas que al menos, están tan pirados como tú mismo para seguir metidos de lleno en eso que llaman Psicología y que cada vez que empieza una nueva asignatura piensas: "¿quién lleva razón?".

Lo que mejor llevo de estar aquí sin duda es que en mitad de octubre aún haga un sol espectacular y un calor para estar en la piscina metida todo el día.

Y esos días de sol, conociendo a gente y de risas y bailes y canciones, son muchísimo mejores.
Y para acabar, me despido de este balance añadiendo que es reconfortante ver que llegas a un sitio y los raros son los propios ciudadanos, porque estás en tierra invadida de paisanos.

Ya puedes estar estudiando ingeniería, ade, psicología o periodismo. En esta universidad te encontrarás con un manchego al menos y de momento mi búsqueda sigue demostrándome que estaremos en medio de todo, pero que también somos los más salados, majos y lo más loco que te puedes echar a la cara. Ríete y disfruta de la compañía, te pueden regalar noches imposibles.

Mi primera nochevieja universitaria. Mi segundo año diciendo "hasta luego" estudiando lejos de casa. Pero he de decir que este 2014 me ha traído las mejores sorpresas de la vida.

Incluso me ha invitado a sacar cositas antiguas relacionadas con personas que aún sin saber cómo siguen conmigo.
 Es el primer mes de una larga lista. Sólo espero que pasen otros 8 años y aún sigamos así.

-te quiero 13 :)


Mi balance: toda pérdida trae una ganancia. Y gracias a cada uno por lo que me habéis hecho ganar.