31 de julio de 2012

Julio, maldito julio.

22:46 de esta noche de julio. Hace unas horas hablé contigo. Tenía claro que decirte, no sabía cómo ni si todo sería como pensaba. Pero estaba decidida a seguir adelante, hablar y ser sincera.
Quizá no diga todo, con sólo afirmar que hay algo más sea suficiente. No creo que diga lo que realmente siento.

En parte la culpa de todo esto la tienen dos personas que no tienen nada que ver. Pero yo ya tenía algo claro antes de estos días en la capital. No eras solo un amigo, te estabas convirtiendo en algo más con el paso de las horas y los días.
Y ahora tinta y papel es lo único que me queda. He recibido la respuesta más temida a mi segunda pregunta...

Y sin querer llego a la conclusión, 3 de 3. Tres "No". Tres situaciones que me sobrepasaban, me preocupaba perder por ganar algo mejor y quizá esto sea la señal para empezar a cambiar.
No pienso rendirme, esta vez no. Sé que me has dicho que no queda nada, sólo amistad, pero no pienso parar y si ahora no existe nada más que una amistad, yo lucharé por que vuelvas a sentir ese "algo más".

Si en esta tiro la toalla, en la siguiente lo haré otra vez. Si dejo pasar lo que siento, jamás sabré si realmente puedo ser feliz.

No tiraré la toalla, aunque me vaya a 300 km.

19 de julio de 2012

Verano, calor.

Tarde de verano, un verano difícil por el calor. Tumbada en el sofá, todos están echándose la siesta y yo, como siempre, de difícil sueño sigo despierta, pensando en todo, en como será todo cuando vuelva de ese viaje que quiero hacer. Tengo todo pensado, como nunca, ir, desconectar y pensar en todo, en lo que llevo sintiendo en estas dos últimas semanas y lo que quiero, lo que no estoy dispuesta a pasar. Lo que soy capaz de hacer y lo imposible e intolerable.
Y de repente, el móvil vibra, un mensaje de él, un whatsapp, empiezo a leer y no puedo creer. Un sueño. Y en eso se queda tras un buen rato, intentando ser lo más sincera posible. Lo estoy haciendo tras un año más que difícil y puf! Todo desaparece. Me pides que vaya a Madrid, que me aclare yo misma, en el fondo sé que esperas que vuelva y te diga, "no serás más que un amigo" pero cuanto más cercano veo ese viaje, esos días lejos, ese silbido del tren cerrando las puertas y el traqueteo alejándome de ti, cuanto más cerca está ese momento más miedo tengo. De perder, de llegar y que no pueda decir "hoy voy a verte", de estar sola, miedo de lo que pueda pasar. De tomar decisiones incorrectas. Y he decidido abandonar todo, pensar, por que tengo claro que cuando llegue el día quiero hablarte con sinceridad, aunque tenga miedo, plantar cara a todo y que sea lo que quieras. Aunque cuanto más cerca veo el día, más claro tengo todo.

Veamos que me deparan estos tres últimos días en la Gran Capital.

3 de julio de 2012

Lluvia en las sábanas.

Revivir cada uno de los momentos sin ti, sin tu olor, sin tu aroma. Y recordar de golpe todas esas sonrisas que un día me sacaste, todas aquellas tuyas que me dedicaste.

Pensar en eso, recordar, morirme por dentro, que se me rompa otra vez en trocitos el corazón que acababa de arreglar. Y pensar que ahora no soy yo esa a la que le dedicas tus sonrisas. No soy esa a la que ahora intentas alegrar.

Me escondo entre las sábanas y no poder controlar un río de lágrimas, otro más en el mismo día de un año siguiente.