5 de junio de 2012

Vagos recuerdos.

Tras una noche más sin ti me despierto, abro la ventana y siento como entra la luz... Me encantan estos días de primavera, el cielo tiene nubes, señal de que hoy quizá llueva. Sonrío, aunque es una sonrisa algo amarga, me pongo las zapatillas y me dispongo a salir de la habitación.
Llego al salón, "Buenos días", mi compañera, no lo dudo ni un momento, es madrugadora. Después camino a la cocina, cojo aquella taza que me regalaste de nuestro viaje en París, café y leche. Dos cucharadas de azúcar, mejor tres. No me gustaba el café, pero me terminé acostumbrando.
Vuelvo a la habitación, la siento vacía. Pienso en todos esos momentos en que tú la llenabas, solo con tu presencia. Noches, tardes y mañanas. Los dos. Besos y caricias. Desayunos en la cama y baños. Te extraño, aunque he aprendido a vivir sin ti.
El cielo se vuelve gris, aunque todavía se pueden ver algunos rayos de sol. No hace frío. Abro el armario, cojo mi camiseta favorita y las mayas rosas, deportivas y un poco de colonia.
Al llegar de nuevo al salón aviso de mi salida, auriculares y mp3, música. Play. Empiezo a correr y según me alejo de casa empieza a llover. Parece que va a hacer un día perfecto, sin ti.

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