3 de junio de 2012

Día de sin fin.

Otro día más de intento a estudiar, empiezo con Ciencias de la Tierra, no consigo concentrarme, me levanto de la cama, la deshago y vuelvo a rehacerla. Me siento, coloco los apuntes según el índice vuelvo coger el boli, nada. Cojo los apuntes de Lengua y Literatura, leo, pero sin comprender nada. Dejo de lado la prueba de acceso, estoy deseando aprobarla, pero no consigo concentrarme.
Hago el intento de hacer lo de Contabilidad del ciclo, esto de ir a doble banda me está agotando. Las desganas vienen de una oleada y ya cansada de intentar con todo lo aparto. Me fijo entonces que mi cama es un desastre, gracias a que mi madre tiene una paciencia enorme y no me dirá nada. Me levanto, voy al baño, me echo agua en la cara, vuelvo a mi cuarto y me pongo la música. Decido encender el portátil y me meto en el blog, algunas visitas nuevas y nuevas entradas. Leo, releo la suya y de nuevo la misma sensación.
Le quiero, tengo un sin fin de pensamientos, pero le quiero. Siento ganas de decírselo, pero recuerdo entonces de repente la situación que viví hace ya casi un año. "No, no pienso perderle a él, eso no. Es más importante que ninguna otra persona, por supuesto que me callaré.", me repito una y otra vez.
Mientras tanto, intento no pensar en sus planes para este verano, lo quería para nosotros, para estar con él, pero nada, el destino caprichoso me lo quitará.
Sigo pensando en si debería decirle la verdad, pero cada vez aparece un nuevo recuerdo que me deja paralizada. No quiero perderle, es mi amigo. No soportaría no hablar con él cuando lo necesite.
Definitivamente, mejor callada, seguir mintiendo, así sólo sufro yo y otra vez el corazón directo a la papelera.

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