3 de noviembre de 2014

Mentiras y otras... ¿verdades?

"Empecemos a contar mentiras. Empiezo yo. Te diré que te odio, que acepto tus invitaciones por pena y que cuando me presentas como una amiga no me duele nada, me da lo mismo y no le doy más vueltas.
Dime que no me quieres tú tampoco, que no me regalas las sonrisas porque no sabes que me encanta verte reír. Seguro que no tengo razón alguna en lo que digo. ¿Porqué la iba a tener? Simplemente somos amigos, o eso hacemos ver y creer al resto del mundo y a nosotros mismos.

Siempre se empieza igual, "no te quiero, sólo eres mi amiga". Pero todo acaba al revés, con mentiras para ambos porque somos miedosos y huimos, de todo aquello que nos promete felicidad simplemente por estar al lado de la otra persona.
Ahora es cuando yo sigo con mi mentira propia y me repito que no te echo de menos, que no extraño tus insultos, que para nada anhelo tus idas de pinzas y que jamás desee despertar al lado tuyo, cualquier día de la semana, con una camiseta tuya puesta.

Claro que no recuerdo las conversaciones que teníamos a las tantas de la madrugada al volver a casa en verano. He olvidado todo de ti, hasta tu aroma."

Todos los días quiero escribir lo mismo, negar todo, negármelo a mi misma por si hace efecto, Pero luego pienso en la idiotez que intento hacer, porque es imposible olvidarse de algo que jamás se ha tenido. Es un sin sentido borrar a alguien que apenas ha estado en tu vida. Es algo inusual tener que quitarse un aroma que solo oliste una noche entre decenas.

Sigo con mis idioteces, tonterías y demás sin sentidos que escriben mi vida. Aquí, en algún lugar del mundo, en un nuevo punto de esta ciudad.


No preocuparse, empiezo a hacerme a eso de no ver las estrellas, de no sentir los grillos, Empiezo a dejar de sentir vacío. Sólo siento añoranza de vez en cuando, sobre todo si me enseñan algo que me haga recordar, pero es pasajero.

Aprendo a vivir con sentimientos que eran nuevos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario