22 de marzo de 2014

Cosas de un pasado, un principio.


Dónde pasamos tantas tardes, recordando momentos de pequeños, donde te di mi primer beso, el primero de los dos ...

Cuando llegamos alli, despues de trece años, solos sin padres, cogidos de la mano, como haciamos antes, todo seguía igual, menos aquel arbol en el cual nos cobijamos, ese era mas grande, sí, lo miramos a la vez, hacia calor, daba muchisimo el sol, decidimos sentarnos y pasar allí esa calida tarde de verano, tu móvil empezó a sonar, era tu amigo, aquel que te volvió a unir conmigo, se lo cogiste y le dijiste que estabas ocupado, que ya le llamaría, aunque no sería así. Apagaste el telefono, no querías que nadie molestara esa tarde.
Me cogiste y me abrazaste, estaba cansada y me invitaste a que me acostara apoyada en tu hombro, nunca imaginé un momento así, pero fue pefecto. Me quedé dormida, me llamaste a los 30 minutos, mi movil estaba vibrando, yo no lo apagué esperaba una llamada importanté, pero lo puse en vibrador. Era esa llamada de la que te habia hablado, lo cogiste y me llamaste, pues sabías que era demasiado importante para mí, tanto como ese momento contigo.
Lo cogí, me avisaron, llegó el momento de decirte la verdad. Susurrandote al oido te dije que miraras al cielo. Leiste el texto que entre blanco y azules habia escrito "Te quiero" ponía, tú me miraste, me besaste y al oído me dijiste que nunca me dejarías, sonreí y te besé, habias cambiado, ya no eras ese niño que me quería por ser guapa y bastante coqueta, me quería por todo, con defectos incluidos, aunque siempre me dijeses que no tenía ninguno.
Me volviste a besar, esta vez diferente a todas las demás, un beso más intenso, como muestra y firma de esa promesa que siempre has cumplido.
Pasaron las horas y llegó el momento más esperado, volvimos a mi casa, allí estaban esas dos bolsas juntas, una azul turquesa que demostraba que era mi regalo, sabías que me encantaba coleccionar bolsas y más contu perfume de recuerdos; otra roja, con tu regalo esperando, no te imaginabas que sería, pues siempre te sorprendía. Las cogimos y salimos corriendo por las escaleras, como hacíamos de pequeños. Llegamos a la puerta, la abriste y me enseñaste un casco, tú te acababas de sacar el carnet, me invitaste a llevarme, accedí y me llevaste a esa fuente testigo de tantos regalos y besos. Intercambiamos regalos, te sorprendiste como tantas veces te he hecho hacer, me diste un beso en la mejilla, sabía que te gustaría. Abrí el mio, ¿un llavero? No entendí, me dijiste que lo abriese, me sorprendiste, estaba grabado, con el dia de ese primer beso. Te miré, sonreí y sin querer se me escapó una lagrima. Miré en la bolsa de nuevo, había una tarjeta, tenías todo cronometrado, la abrí y te besé.
Llegó el minuto de irnos, teniamos la comida. Me diste "mi casco" que tenía mi nombre grabado en ese azul que tanto me gusta. Llegamos a tu casa, allí estaban tus padres con los míos, hablando como tanas veces habían hecho, nunca se imaginaron en ese marco temporal, nos sentamos y empezamos a comer. Llegó el postre y antes de qe nuestras madres se levantaran decidiste dar un paso, te levantaste y empezaste a declararte delante de ellos, de tu bolsillo sacaste un anillo, ese que definitamente decía que me amabas. Lo colocaste en mi mano, y en voz tímida pero sellante dijiste "este es el sello de toda mi vida contigo". Sonreí, me levanté y te besé, no era una alianza ni una pedida, pero era todo lo que hacía falta para sellar esa confianza y esa compañía de 12 años juntos.
Terminó la comida, mi padre se acercó a ti, te dijo la verdad, lo que nostros ya sabiamos, nadie se imaginaba que estariamos juntos siempre. Fue terminando mis vacaciones, tenía que volver al colegio, a aquel que tú sabias que no me gustaba ir.
Me acompañaste el primer día, al segundo tubiste que voler a tu pueblo, alejado otra vez de mi, por esos 400 km.
Me preguntaron los años que llevavamos juntos, no respondí, empezaron a decir que habiamos cortado, entonces decidí enseñar ese "sello" que me diste en la comida, y dije que estaríamos siempre juntos, tú llegaste en ese momento y besandome en los labios de nuevo, decidiste despedirte de mí durante otros seis meses.

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