18 de agosto de 2014

Veamos.

Hablemos de sonreír, de crear imágenes para una vida. De ser positivos, de todo eso que me dijiste que hiciera. Hablemos de lo que dijiste que necesitaba y tenía para conquistar a cualquier hombre.
Hablemos de ti, de tus guiones preparados, de nuestros encuentros perfectamente planeados (por ti). Hablemos. Pero no de mi, no de mis lágrimas, no de mi pasado, que ya se que es algo difícil de ignorar. Me dijiste que no me dejara amilanar, me dijiste "se fuerte", cómo si ya no lo hubiera sido. Hablaste de mis defectos, pero no de ninguna de mis virtudes. Me aconsejaste que no corriera, que guardara a los tiempos. Pero claro, nunca me dijiste una virtud, no me dijiste "sonríe, porque tienes una sonrisa preciosa", ni me enseñaste que los golpes, aunque se vaya el moratón, siguen doliendo.
Te fuiste sin enseñarme miles de cosas, sin mostrarme una realidad muy distinta a la que yo estaba viendo.

Y claro, así estoy, aquí, perdida en no sé qué lugar del mundo, a punto de echarme a llorar, pero sin llegar a soltar lágrima. Desorientada, sin saber qué hacer o cómo actuar ante situaciones que me superan.

Aquí estoy, cual árbol, viendo pasar todo por delante de mi, pero sin poder moverme, paralizada porque lo que siento, desborda niveles no conocidos de emociones.

Me dijiste llámame si necesitas algo, pero te fuiste y no me diste nada para contactarte y pedirte consejo.

2 comentarios:

  1. Hola!!
    Una entrada preciosa que me trae muchos recuerdos y nostalgia de lo que me gustaría haber vivido hace tiempo. Ya tienes una seguidora más :)
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como un texto puede significar tantas cosas, dependiendo de la persona que lo lea. Es bonito.

      Gracias =)

      Eliminar