Horas sentada en el sillón, la puerta del balcón está abierta y corre una brisa fresca, propia ya de esta estación.
Entre manos tiene el último libro que se leyó, relee una y otra vez el concepto que Albert Espinosa crea sobre los Amarillos... -quizá él sea uno- No se quita ese pensamiento.
Las largas colas de espera en la estación, las paradas y todos sus minutos de espera entre tren y tren... Las horas anteriores y las de después. Mensajes, canciones, risas incluso. Son tantas cosas en tan poco tiempo. No sabe como asimilar todo.
Apenas hace 5 días que le conoció y cree que busca algo más por la forma de ser con ella. Pero ella no quiere hacer daño, en su mente hay otra persona. Pero realmente, está hecha un lío, apenas puede llegar a dejar la mente en blanco, esos dos nombres le llenan los pensamientos. No es amor, pero, ¿qué sentimientos lidera cada uno en realidad?
Necesita una copa, serenarse, colocar los muebles de su cabeza y organizar todo. Será como una nueva mudanza, pero aún no sabe que puede llegar a encontrar y que perderá entre todas las cajas que han ido llenando ese pequeño cuarto de su cabeza.
Me encanta cómo defines el desorden en situaciones de este tipo, tu forma de reaccionar ante la indecisión, tomándote las cosas con calma, y no centrándote en lo que transmite cada uno de los dos chicos, sino en "¿qué sentimientos lidera cada uno en realidad?". Muy interesante :)
ResponderEliminarUna entrada preciosa y un blog que, a decir verdad, enamora! *-*
ResponderEliminarTe sigo y espero verte por mi blog♥
Besos desde http://www.yourfavoritehistory.blogspot.com